"Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe"
Fuente: madrid11.com/es |
Realmente emocionante fue seguir de cerca la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. Era bello ver a todos estos muchachos de todo el mundo gritar: ¡esta es la juventud del papa! y la respuesta del pontífice siempre con una picaresca sonrisa en sus labios.
En definitiva el Papa y la Iglesia no han perdido el sentido de convocatoria y hoy mas que nunca nos atrevemos a decir plenamente convencidos que nuestra iglesia está más viva que nunca. Por diversos canales de televisión y debido a los cambios de horarios muchos muchachos del mundo madrugamos a ver en vivo y en directo las ceremonias papales juveniles. Sacrificio que valía la pena pues personalmente me sentí viviendo esta jornada como su hubiera estado allí en Madrid.
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No podemos dejar de mencionar el acontecimiento de la vigilia en cuatro vientos, cuando inusualmente una tormenta de veranos se dejó caer de cielos madrileños y un gran huracán con vientos muy fuertes invadían todo el lugar. Lo mas hermoso no fue que los muchachos permanecieran allí, pues al fin y al cabo era lo mas normal y todos con ese espíritu juvenil estaban convencidos que allí debían quedarse. Pero que hermoso fue ver a Su Santidad, sentado en el trono papal, cubierto por dos paraguas, mojándose y allí sonriendo no quiso moverse o irse, pues el estaba seguro de algo y así se lo dijo a todos: Hemos vivido una aventura.
También debemos resaltar algo que llena de alegría las jornadas con jóvenes y fue cuando en el encuentro del papa con los voluntarios y debido a confusiones del idioma, el Santo Padre se equivocó en algo y todos los muchachos se rieron y a la vez el papa les respondió con una sonrisa. Que alegría ver como nuestro papa no se dejó vencer por protocolos y ni su seguridad personal que sufría demasiado para que él saludara a todos, pues parecía que no se quería ir cuando tenía la oportunidad de compartir con los muchachos.
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Queridos jóvenesos invito ahora a difundir por todos los rincones del mundo la gozosa y profunda experiencia de fe vivida en este noble país; con vuestra alegría y testimonio ayudad a vuestros amigos y compañeros a descubrir que amar a Cristo es vivir en plenitud” fue el mensaje del papa antes de subir al avión que lo llevaría de nuevo a Roma.
Sí, amar a Cristo es vivir en plenitud, espectacularmente todos los mensajes del Papa fueron Cristo céntricos, pues ese era el sentido de la Jornada, alientarlos a estar cerca de aquel Rey de reyes.
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